O alguien había llenado los pantanos de la comarca a su costa o en su local cerrado hacía dos años habían entrado fantasmas que lo usaban como Spa para su recreo terrenal. Así pensó D. Joaquín al recibir la factura de la empresa concesionaria Hidrogea con un fantasmal consumo de 218 metros cúbicos, a la que debía destinar su pensión del mes. Más sosegado e inclinado a pensar en algún error administrativo, acudió a las oficinas, donde fue despachado como otro usuario cascarrabias y mal pagador.
Luego, la denuncia en Industria, que reveló un contador con un funcionamiento defectuoso, calificado de no conforme. Y aun así, la empresa, pertinaz: que sólo rebaja proporcional de la factura, y que pago o corte. Y D. Joaquín: que antes corte que agua y avasallado. Y la empresa: pues corte al canto.
Y muchos meses después, llamada del Abogado, Domingo Núñez: Sentencia del Juzgado Instancia Nº 5 de Cartagena: que ni fugas de agua ni fantasmas en el local, que sólo contador desmadrado y no conforme para la medición y factura anulada, con corte ilegal y obligación de restablecimiento del agua, y honor, mucho honor para vergüenza y enjuague de las Hidrobocas.
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